En mi práctica personal, atiendo aproximadamente 350 a 400 nuevos pacientes con cáncer de próstata cada año y opero alrededor de 250 hombres anualmente. Llevo 28 años realizando cirugías por cáncer de manera exclusiva y más de 12 años de experiencia en cirugía robótica.
En todos estos años, mi objetivo fue utilizar esta tecnología para garantizar los mejores resultados para cada uno de mis pacientes. En el caso del cáncer de próstata, esto significa tratar el cáncer de la manera más efectiva posible mientras se preservan las funciones urinarias y sexuales de la mejor manera posible.
Entramos en la era de lo que me gusta llamar “cirugía mejorada por la tecnología”. El mejor avance de la década pasada fue la introducción de la cirugía robótica. Mirando hacia adelante, mi objetivo es desarrollar una tecnología capaz de mejorar lo que vemos, y, por lo tanto, lo que seamos capaces de hacer durante la cirugía.
Por ejemplo, estoy trabajando con mis colegas en un método para tomar una representación tridimensional de la resonancia magnética de la próstata de un paciente y llevarla al campo visual del cirujano mientras opera. Esto significa que los cirujanos tendrán en frente de sus ojos una imagen en tiempo real de la anatomía quirúrgica y una resonancia magnética detallada como guía.
Otro ejemplo de mi trabajo es la investigación para desarrollar un agente que pueda administrarse a los pacientes antes de la cirugía y que utilice luz láser para mejorar la visualización de los nervios y evitar lesiones nerviosas durante la intervención.
Ninguna estrategia de tratamiento funciona para todos los hombres. La decisión sobre el tratamiento debe basarse en el alcance de la enfermedad y la agresividad del cáncer, así como en la edad, el estado general de salud y la calidad de vida del paciente y su pareja. Algunos hombres se llevan muy bien con lo que llamamos observación activa (a veces denominada observación vigilante), que significa que no es necesario realizar ningún tratamiento inmediato, sino que solo se debe controlar el cáncer por si aparece algún indicador de que está creciendo o se está volviendo más agresivo. Otros hombres requieren tratamiento.
Pero ningún paciente debe tomar jamás una decisión apresurada. Es vital obtener información y escuchar las opiniones de los expertos. Creo que también es importante involucrar a su familia, especialmente a su pareja, en caso de que la tenga en este proceso así puede ayudarle a reunir la información necesaria, evaluar las opciones y apoya su decisión antes, durante y después del tratamiento.
Finalmente, mi gran satisfacción viene de poder conocer a mis pacientes y a sus familias, aprender sobre lo que es importante para ellos y asistirlos con las mejores decisiones posibles sobre la atención de su enfermedad. Me gustaría estar seguro de que cada decisión que tomen, les funcionará en un corto plazo para el resto de sus vidas.
